viernes, 27 de enero de 2017

DESPUÉS DEL DOLOR

No fue tan difícil, fue una liberación, apenas dolió unos segundos, el tiempo que se emplea en extraer el motivo del dolor y soltar parte del lastre, ese lastre que pensábamos era parte de nuestro ser, de nuestra vida, de nuestro destino y te aferras a él como si de algo preciado se tratara, no quieres desprenderte de algo que te lleva acompañando durante mucho tiempo con tanta normalidad que piensas que siempre será así.
Las distintas fases por las que atraviesas cuando
esto sucede son contradictorias, primero estupor, después decepción, incredulidad... el orden puede ser cualquiera, los sentimientos abrumadores, e intensos, pero al final llega la aceptación, la tranquilidad, en definitiva la calma que le hacía falta a tu vida y a tu espíritu. Sin lagrimas, sin rencores. Un sentimiento de libertad se ha apoderado de mi, mis pensamientos a veces tan enmarañados entre mis ideas me dicen que todo está bien, me transmiten la seguridad de aquello que debe ser, porque tú sabes que así es, que esta vez no te equivocas, que estás en lo cierto,  y continuas sin mirar atrás por un camino que no crees haber marcado pero se va formando ante tus ojos de manera improvisada. Continuo caminando, con calma, apreciando cada minuto, cada momento, sintiendo una ligereza que hacía mucho tiempo no sentía. El esfuerzo y tiempo empleado en permanecer junto a quien creíste parte inseparable de tu vida no importa, la satisfacción de haberlo intentado es suficiente para sentir que no fue un tiempo perdido, que te hizo más fuerte, más segura ante las adversidades y como consecuencia de ello ahora mis ojos y mi mente ven todo con mayor claridad. Gracias por mostrarme la cara oculta , la falsa apariencia de quién sabe dar la espalda a la menor oportunidad  porque no soporta que nadie tenga una opinión contraria a la suya propia, porque cuando esto sucede se revuelve buscando justificaciones manchadas de cinismo y pobres excusas que le sirven para volverte definitivamente la cara que tan amable y falsamente te dieron durante tanto tiempo. Y ves con estupefacción la dirección que sus pasos toman, y estos vuelven de manera sorprendente al lugar que siempre manifestaron evitar, sin saber por qué lo hacen. Tal vez no se den cuenta del daño que se provocan o quizá dándose cuenta continúan adelante siendo victimas de su propia inseguridad. Ya da igual. Yo continuo mi camino sin interferencias consentidas.

2 comentarios:

  1. Profundo,sincero,conciso.
    Me gusta este camino,para hacerlo a tú lado,hasta el final...y más allá.

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  2. Siempre me encanta lo que comentas. Gracias.

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