miércoles, 1 de marzo de 2017

PARA TI

Te aferraste tanto al pasado que el presente se deshizo ante tus ojos, tu realidad se convirtió en delirio, en pensamientos reflejando el dolor por lo perdido. No quisiste ver lo que la vida te ofrecia, nunca supiste gestionar tu alma, nunca hiciste nada por inspeccionar tu mente, la vida giraba a tu alrededor y a veces te parabas a sonreirla en esos días que tu felicidad era la nuestra y deseábamos fervientemente que no se tratara solo de un paréntesis. Te convertiste en una caricatura de tí misma, en alguien que poco a poco iba perdiendo su esencia, distorsionando la realidad y viviendo inmersa en un dolor inútil, tan inútil como el sentimiento del que quiere ayudar y no consigue ni siquiera acercarse. Atrás quedaban años estupendos y felices que vale la pena señalar y recordar, fueron muchos más que los se fueron empañados en la niebla de tu espíritu, pero el peso de lo sufrido siempre se hace interminable y doloroso. Ahora me doy cuenta que no es fácil convivir con uno mismo cuando uno mismo está cegado por sentimientos inexplicables y desconocidos contra los que no sabes batallar y toda la vida que te queda se convierte en una batalla dura e incesante. Y a pesar de que el final llegó antes de lo previsto, empujado por tus llamadas constantes, a pesar de el trauma que supone recibir un final donde sus últimos actos se empañaron y no consiguieron brillar bajo la luz de ninguna luna, llegó un momento mágico en el que todas las sombras del pasado dieron paso a un mágico haz de luz, porque ahora si podía ver en tus ojos que todo atisbo de oscuridad había desaparecido, tus ojos miraban esa luz, tus ojos veían con total claridad y se reflejaba la felicidad que te envolvía al deshacerte de ese manto gris y oscuro que te cubrió durante tanto tiempo, y entonces le viste, entonces supiste que él estaba allí, espérandote para acompañarte en tu último viaje, como no podría ser de otra forma, él te esperaba para volver a caminar juntos, para ayudarte a encontrar definitivamente la calma y la paz en tu espíritu, y te pregunté si estaba allí, me miraste y asentiste levemente con la cabeza, en ese momento supe que encontrarias la verdadera felicidad y que quizá no era un final tan prematuro, que quizá fue un regalo que paradójicamente la vida te dio.

1 comentario:

  1. Me sorprende, y es bonito, comprobar que crees en el amor profundo
    y eterno. ¿Estarán juntas sus almas?

    ResponderEliminar