jueves, 16 de marzo de 2017

CONTRA CORRIENTE

No necesito una excusa para hacer una paréntesis en mi vida, no necesito una excusa para disfrutar de las maravillosas sensaciones que viajar me ofrece. Sin embargo esta sociedad en la que estamos inmersos me recuerda constantemente que soy mujer, que soy mujer también de un marido, que quizá no debería hacer estas cosas sin la compañia del brazo protector del hombre que tengo a mi lado, porque ¿dónde va una mujer sola ó con otra amiga? y sobre todo, ¿qué va a hacer? Me he encontrado con estas preguntas varias veces, nunca de frente, y han conseguido hacerme reir y apenarme al mismo tiempo, realmente me da pena que no veamos más allá de unas ideas preconcebidas y obsoletas que tan lejos están del hecho que verdaderamente merece la pena, el placer de viajar y las sensaciones tan extraordinarias que ésto produce. Quizá debería encontrar una exusa, quizá tendría que tener un motivo real, lejos del suficientemente bueno de tener la oportunidad de realizar un viaje, para salir fuera de casa con la aprobación de todos los que me rodean.
Una de las cosas que más me sorprende, es que aunque vivimos unos momentos en los que se reivindica tanto el feminismo y la lucha de la mujer, son muchas las mujeres que no ven con buenos ojos que otra mujer tenga su espacio, que entre bromas les critican su afición por estas salidas, alegando que dejan solo al marido. Es muy poca la empatía que entre nosotras nos procesamos, me he encontrado sola muchas veces, abrumada por las circunstancias otras tantas, pero entonces a nadie parecía importarle, es normal, son cosas que pasan, la vida es así, no debes quejarte porque no hay motivo para ello, sólo tienes que hacer lo que se espera de ti , lo demás no importa, todo está bien. Pero cuando realmente todo está bien, cuando realmente disfrutas de unas situaciones, haces lo que de verdad te gusta hacer, siempre hay alguien ahí para recordarte que quizá no deberías hacerlo porque tu papel es otro, tu papel en esta película no debe salirse del guión establecido, porque si lo haces es totalmente incorrecto, y contemplo llena de asombro la capacidad de ciertas personas para hacer lo mismo con un giro de registro, para mostrar ante los demás su saber estar, su perfección para realizar las cosas que desean hacer disfrazándolas de necesidad, y así sentirse mejor, tienen la excusa que necesitaban para no hacer ver que realmente dejan a un lado su rol de mujer perfecta y dedicada.
Pues yo no voy a enmascarar el verdadero motivo que me lleva a realizar un viaje de vez en cuando, como mujer independiente y libre.

 Viajar es un ejercicio con consecuencias fatales para los prejuicios, la intolerancia y la estrechez de mente”.

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